Cannery Row, el arrabal
conservero de Monterrey, es un poema, un hedor,un ruido chirriante, una
cualidad de la luz, una tonalidad, un hábito, una nostalgia, un sueño. Es el
lugar donde viven Mack y sus muchachos, golfos y vagabundos de buen corazón; y
Doc, el científico individualista, alma auténtica del barrio; y Dora, bondadosa
madame del burdel Bandera del Oso; y Lee Chong, el astuto tendero chino que
siempre acaba proporcionando crédito para todas las francachelas. Y los
pescadores y los perros callejeros y las prostitutas y los artistas y los
soldados con sus novias. Sobre las cabañas y los bares de Cannery Row gravitan
las fuerzas del bien y del mal, que arrastran a los personajes y les confieren
la función de catalizadores de la gran urdimbre cósmica. Serán quizá esas
poderosas influencias - en combinación con tres o cuatro garrafas de whisky -
las que actúen para torcer los planes de Mack y sus amigos cuando estos
intenten agasajar a Doc con la mejor fiesta de su vida.